Enero 24, 2018. 20 hrs. Buenos Aires, Argentina.
«El aire está muy viciado». Pensé en escribir esto y de inmediato encendieron la ventilación.
Lo mismo me pasó hace poco cuando estábamos acompañando a mi tía a tomar el 50. Pasaban todos menos ese. A la media hora dijimos «bueno, vamos a cruzar Av. La Plata, a ver si pasa el 15».
En ese momento yo dije «seguro que nos movemos y llega el 50». Dicho y hecho. Aparecieron dos, juntitos.
Tengo la teoría de que moverse de lugar «desatora» las cosas. Me refiero a moverse de lugar en lo físico, o en lo mental. Incluso poner las cosas en palabras moviliza y reestructura situaciones.
Ojo, no hablo de quejarse deportivamente o de enunciar hechos evidentes. Poner en palabras implica decir algo que no haya sido dicho antes, significa dar sentido a algo que parece absurdo. Incluso puede ser lo contrario de «vaticinar».
Movilizar implica que la acción o la palabra desplace el sentido, el orden de las cosas, desde una lógica inadecuada hacia otra más apta.
Estamos listos para despegar.
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